El magosto

El magosto es una fiesta tradicional celebrada en Galicia en la que se asan y comen castañas, que pueden ir acompañadas de chorizos y vino. Aparte de comer, es común tiznarse la cara con los restos de la hoguera, saltar las hogueras ya que trae suerte así como realizar diferentes juegos tradicionales, contar cuentos y cantar canciones populares.

La cultura gallega ha estado siempre estrechamente vinculada a la castaña. Además de que los castaños forman parte del paisaje de la comunidad, este fruto ha sido decisivo en la historia y la economía de Galicia. Fueron los romanos quienes introdujeron el árbol en el territorio y hasta el descubrimiento de América fue un producto fundamental de la dieta de los gallegos. Con la llegada de las patatas, la castaña pasó a ser consumida por las clases menos favorecidas, pero recientemente la cocina groumet le ha dado su lugar. La forma más tradicional de prepararlas es asadas.

En su origen, el magosto reunía a las familias entorno al fuego para honrar las cosechas. Con el paso de los años, las costumbres han ido adaptándose a los nuevos tiempos, pero el fuego siempre ha sido una constante.

Esta fiesta es especialmente celebrada en la ciudad de Ourense, donde coincide con la celebración del San Martiño (11 de noviembre), patrón de la ciudad, y está considerado fiesta de interés turístico de Galicia.

El escritor e historiador gallego Manuel Murguía consideraba el Magosto como un banquete funerario en el que la castaña al fuego simbolizaría la muerte y el vino, la nueva vida. En torno a esta idea, para celebrar el fin de una nueva cosecha, se juntaban vecinos, familia y amigos.

Diferenciaba el historiador y antropólogo gallego Antonio Fraguas Fraguas entre el Magosto a secas, que “no es más que asar unas castañas en una hoguera”, y la fiesta del Magosto, que es mucho más. Es el Magosto una fiesta de cosechas, fuego, castañas y vino nuevo. Es fiesta de juntarse y de divertirse, fiesta de vida y muerte, de juventud y de tiznar a traición al de enfrente. El magosto celebra la vida después de que en Todos los Santos y Fieles honrase a la muerte.